- Ver todos los productos
- Recomendados
- Novedades
-
Ficción
-
No ficción
- Poesía
- Filosofía
-
Infantil
- Teatro
- Libro ilustrado
- Música
- Arte
- Clásicos
- Comics - Novela gráfica
- Club de libros
En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes.
A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable.
“Es mayo y no he vuelto a Coquimbo. Hay una barrera sanitaria que lo impide. Para cruzarla debes demostrar que no estás contagiado y justificar el viaje con una razón importante, sensata. Mostrar papeles. No vale decir tímidamente que extrañas a Nora. Que te has equivocado mucho y que quieres ir a dormir a la pajarera. Y que ya descubriste hasta dónde llegan esos rieles: a ninguna parte”.
La pajarera, por Eduardo Plaza
En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes.
A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable.
“Es mayo y no he vuelto a Coquimbo. Hay una barrera sanitaria que lo impide. Para cruzarla debes demostrar que no estás contagiado y justificar el viaje con una razón importante, sensata. Mostrar papeles. No vale decir tímidamente que extrañas a Nora. Que te has equivocado mucho y que quieres ir a dormir a la pajarera. Y que ya descubriste hasta dónde llegan esos rieles: a ninguna parte”.
Productos Relacionados
6 cuotas sin interés de $416,67


3 cuotas sin interés de $833,33

24 cuotas con otras tarjetas





















































Débito



Efectivo



Transferencia o déposito
