¡ENVÍOS SIN CARGO EN ARGENTINA PARA COMPRAS QUE SUPEREN LOS $AR 30000!

Los poemas de Ni Europa ni Nueva York de Caterina Scicchitano conforman una bandera que cubre a toda una generación.
Poesía de amor y de guerra, de gritos silenciosos y de íntimos movimientos. Deslumbrante, soñadora y nueva. ¿Qué aman lxs poetas que amamos? Cosas comunes, pero también fabulosas y únicas, mientras se internan por las calles vacías del lenguaje, buscando un código para descifrar sus últimas visiones y así compartirlas con nosotrxs.

Candela Benetti

La poesía se renueva en este libro maravilloso como el ritual donde nos reunimos los ofendidos, los quebrados y los tentados por la muerte para acordar de que algo anda mal. Quienes en vez de irnos cuando otros se van, decimos ellos sabrán, y preferimos quedarnos para aferrarnos al amor y mirar en qué terminará la violencia. Aunque no son poemas sobre flores, vacíos y cuerpos deprimidos, estos son poemas sobre flores, vacíos y cuerpos deprimidos. También sobre la nostalgia como un golpe que, en el presente, nos da la memoria. Así, con predilecta audacia y sensibilidad sorprendente, disfraza de locura la tristeza. Porque este es un mundo donde la tristeza anda disfrazada hasta que un día cae una hoja como siempre y todas las cosas caen con ella. Y como es una lástima tener que caer para que alguien te ayude a ponerte de pie, yo creo que Caterina Scicchitano escribió Ni Europa ni Nueva York con austera belleza para dejarse caer como forma de resistencia. Poderoso en su desorden y rebelde contra la corrección, desea la justicia y nos regala las imágenes delirantes, inteligentes y necesarias para que el ayer y el hoy se equilibren, y tal vez así con un poco de suerte aprendamos a curarnos a nosotros mismos y recuperemos nuestros ojos. Por eso lector, lectora, ojalá puedas sacar cada uno de sus tornillos y encontrar el oro que hay en él.

Marie Gouiric

Ni Europa ni Nueva York, por Caterin Scicchitano

$16.200
Ni Europa ni Nueva York, por Caterin Scicchitano $16.200
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Delibooks Avenida Meeks 91, Lomas de Zamora. Horarios a Convenir.

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Los poemas de Ni Europa ni Nueva York de Caterina Scicchitano conforman una bandera que cubre a toda una generación.
Poesía de amor y de guerra, de gritos silenciosos y de íntimos movimientos. Deslumbrante, soñadora y nueva. ¿Qué aman lxs poetas que amamos? Cosas comunes, pero también fabulosas y únicas, mientras se internan por las calles vacías del lenguaje, buscando un código para descifrar sus últimas visiones y así compartirlas con nosotrxs.

Candela Benetti

La poesía se renueva en este libro maravilloso como el ritual donde nos reunimos los ofendidos, los quebrados y los tentados por la muerte para acordar de que algo anda mal. Quienes en vez de irnos cuando otros se van, decimos ellos sabrán, y preferimos quedarnos para aferrarnos al amor y mirar en qué terminará la violencia. Aunque no son poemas sobre flores, vacíos y cuerpos deprimidos, estos son poemas sobre flores, vacíos y cuerpos deprimidos. También sobre la nostalgia como un golpe que, en el presente, nos da la memoria. Así, con predilecta audacia y sensibilidad sorprendente, disfraza de locura la tristeza. Porque este es un mundo donde la tristeza anda disfrazada hasta que un día cae una hoja como siempre y todas las cosas caen con ella. Y como es una lástima tener que caer para que alguien te ayude a ponerte de pie, yo creo que Caterina Scicchitano escribió Ni Europa ni Nueva York con austera belleza para dejarse caer como forma de resistencia. Poderoso en su desorden y rebelde contra la corrección, desea la justicia y nos regala las imágenes delirantes, inteligentes y necesarias para que el ayer y el hoy se equilibren, y tal vez así con un poco de suerte aprendamos a curarnos a nosotros mismos y recuperemos nuestros ojos. Por eso lector, lectora, ojalá puedas sacar cada uno de sus tornillos y encontrar el oro que hay en él.

Marie Gouiric