En sus cuentos; Bêgné trabaja el verosímil apoyándose en un lenguaje despojado; sobrio; y en la narración minuciosa de detalles en apariencia menores pero que se vuelven fundamentales en la consolidación de aquello que podríamos definir como estilo: un punto de vista narrativo que sostiene la línea argumental del relato; recorre curiosísimas tesis ¿una teoría del mundo entero con una única explicación para todas las cosas; o la de un jardinero especialista en destrucción y caos; entre otras¿ y modela tibia y deliberadamente los lazos sentimentales entre los personajes. Ese es el punto de partida de Si. Lo demás es dejar que esa historia siga el curso de lo que tal vez ocurrió y también de lo que podría haber ocurrido.